Diario Zombi

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martes, 12 de abril de 2011

Capítulo 14 - Procesión de zombis (Alberto)

Día 28: Hola Miguel, hacía días que no veía calles tan desiertas como en el vídeo que has grabado, aunque he de confesar que creo que sé de que pueblo hablas. Creo que estamos más cerca de lo que crees, quizás un día nos encontremos. Ayer salí a la farmacia, no hubo incidentes, pero al volver quise ver como estaba mi viejo Ford Puma. Allí mi pobre coche estaba destrozado y creo que ha pasado a mejor vida. A la vuelta, cerca de mi casa vi a un grupo de esos seres... muchos de ellos. Decidí dar la vuelta e ir por otro camino, entré en un callejón oscuro y despacio sin llamar la atención para no ser visto, lo fui atravesando, cuando llegaba al final detrás de mí, escuché unos ruidos y me escondí en un contenedor de basura. Casi vomito del olor, la basura estaba podrida y no se podía aguantar allí dentro. Empezaron a pasar al lado del contenedor cientos de zombis y mi impulso me hizo coger mi bate y sujetarlo con fuerza. Tenia la vena del cuello hinchada y el miedo se había convertido en rabia. Casi hago una locura de la cual no hubiera salido vivo. Me calmé como pude. Miraba e intentaba saber si alguno de esos zombis lo conocía a la vez de no ser descubierto. Estube más de dos horas allí metido, oliendo ese olor cada vez más intenso y demoledor. Vi de cerca a las tres clases de zombis y de veras, no te imaginas el terror que transmiten en su fase final, si en la inicial es como vivir una pesadilla, la final... Me pregunto hacia dónde marchaban, parecía una macabra procesión de Semana Santa.

Pasadas esas horas y sin ver más zombis decidí salir, me dirigía a casa cuando me acordé de la comisaría de policía que se encontraba a varias manzanas a mi izquierda. Tenía que decidir pues la noche se me echaba encima. Ya mejor de mis heridas y pudiendo más o menos correr en caso de ser visto, sabiendo que necesitaba armas decidí ir a la comisaría.

Cuando llegué, entré sin problemas y afortunadamente nadie (o mejor dicho nada) me vio. tampoco dentro encontré a nadie, así que me fui hacia el armamento. La verja que cubría la entrada a la sala estaba destrozada y encontré de todo Miguel. Decidí coger un par de pistolas, rifles de alta precisión y un lanzallamas. No me dio tiempo a más, pero había muchas más cosas. Mientras cargaba una de las pistolas, escuché como la verja de detrás de mí se habría, por acto reflejo o adrenalina y por tener un arma en mis manos, me volví y me encontré con un par de zombis de clase 1. Los apunté con la pistola mientras venían hacia mí. Fallé los dos primeros disparos y uno de ellos me cogió por el cuello haciéndome caer al suelo. No podía volver a fallar, sino, seria comida de esos zombis.
Comencé a gritar enfurecido y empecé a disparar todas las balas de la pistola. Los dos zombis cayeron muertos al suelo. Por cierto, como en las películas, funciona dispararles en la cabeza. Así que ya sabes. Conseguí sacar munición suficiente como para cargarme a bastantes de ellos y decidí volver a casa. Por el camino, en una avenida bastante grande habría algo así como unos doce zombis en total, decidí pasar por el medio de la calle sabiendo que sería descubierto. Pero estaba tan seguro de mí mismo, que empecé a disparar a diestro y siniestro. Ellos caían al suelo, pero no pensé y eso casi me mata. El ruido de las pistolas y mis gritos se mezclaron con los de ellos y empezaron a salir muchos más zombis. Dios, los tenia al lado de mí, acabé las municiones de las dos pistolas que llevaba conmigo y no me daba tiempo a recargar. Con el bate pude abatir a un par más de ellos, pero me tocó correr y al final llegar sano y salvo a mi casa .

Pasar tan cerca de la muerte me hizo darme cuenta de mi imprudencia y de que no podía ser tan estúpido de hacer lo que acababa de hacer. Gracias a Dios, no hubo zombis de la fase 2 ó 3, pero sí escuché un grito ensordecedor otra vez cerca de mi hogar. La fase 3 estaba cerca, demasiado cerca. Una vez calmada mi adrenalina, dejé las armas en una habitación y uno de los rifles en la terraza del segundo piso. Preparado por si sabían donde estaba o para cualquier cosa. Incluso tengo guardada una bala para mí, por si llegara el momento. 

Estaba tan ensimismado planeando como enfrentarme a esos seres si me localizaban, que se me olvidaba el horrible olor corporal que tenía, resultado de la adrenalina y desde luego, de mi estancia en un contenedor, así que me di una reconfortante ducha, cené algo y me puse una película mientras comía... ¡¡¡Palomitas!!! Fue un momento que recordaré siempre, de paz y descanso sin preocuparme por nada.

Hoy he pasado el día ordenando mis ideas, no puedo volver a caer en los fallos de ayer. Mañana, o bueno, en cuatro horas me voy a la fábrica a recuperar la mochila. Me he acordado de una sala en la que nunca pude entrar pues requería de un permiso especial. Se encuentra en el sótano de dicha fábrica y una vez me dijeron que allí experimentaban con los cuerpos de los soldados fallecidos. En su momento me sonaba a leyenda urbana pero creo que ahora mismo cobra sentido. Lamentablemente empiezo a entender lo que hacían allí. He estado todo el día trazando un plan, incluso he hecho un mapa ya que como te dije yo trabajaba allí. Tienes que confiar en mí Miguel, no puedo decirte de momento cuál era mi función allí, en la fabrica, pero lo haré, te lo prometo. 

Acabo de preparar mi mochila con alimentos, ropa y algunas cosas más. Me voy a llevar todas mis armas y me iré de la casa. Me llevo el portátil y seguiré escribiendo desde donde esté (me sorprende que tenga conexión allí). Es el momento de actuar y he decidido salir e ir moviéndome por la ciudad buscando gente y buscando respuestas. Dentro de tres horas empezaré a disparar con el rifle a esos seres, ya que desde la terraza puedo ver a muchos de ellos. Los atraeré para que se agrupen aquí mientras yo salgo por otro sitio, eso me dará más tiempo para llegar a la fábrica. Voy a robar un coche, o mejor dicho, intentarlo, pues es algo que nunca he hecho, pero lamentablemente mi Puma ya no está, así que...

Ya tengo todo preparado, espero que estés bien y encuentres lo que buscas. Te iré informando de todo. Buena suerte Miguel. Por cierto, me gustaría saber si dentro de tres horas escuchas los disparos. Creo como te he dicho antes, que podemos estar más cerca de lo que imaginas. Cada día intentaré escribir, así, si no lo consigo,  lo sabrás. Cuídate.

1 comentario:

  1. Alberto un texto muy entretenido pero no robes ningun coche,ninguno como tu viejo Puma.

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