Diario Zombi

- El nuevo diario zombi -

miércoles, 6 de abril de 2011

Capítulo 8 - Experimento Omega (Alberto)

Día 23 (mañana): Hola Miguel, espero que los ruidos que escuchaste no fueran nada y estés bien.
Yo he pasado muy mala noche y ayer no pude escribir. Estoy herido por esos seres, no por mordiscos, menos mal. Sufrí un accidente anoche cuando me perseguían por la fábrica. He encendido el portátil, pero no tiene mucha batería y tengo que estar atento de que no me vean. Por si no salgo de esta te cuento lo que pasó y te doy un poco de información. Acudí a la fábrica sobre las 5 de la tarde, ya que antes no pude porque fuera de la casa había muchos zombis y hubiera sido un suicidio salir. Decidí llevarme el coche (menos mal) e intentando no hacer mucho ruido conseguí llegar aquí sin llamar la atención. Una vez en la entrada y con unos grandes alicates, logré romper la verja y entré al patio de la fábrica. Fui a la puerta y rompí el cerrojo con un hacha que también llevé. Cuando entré, me puse una mascarilla, ya que el olor era inimaginablemente asqueroso, y me introduje dentro.

Estaba todo oscuro, sin una ráfaga de luz, así que encendí mi linterna y empecé a entrar por las habitaciones que pude. Durante unas tres horas todo fue tranquilo, escuchaba ruidos y tuve que esconderme un par de veces, pero nada peligroso, creo que era más el miedo mío que otra cosa.
No encontraba nada que me pudiera explicar lo que está sucediendo, eran más de las 8 de la tarde y la noche se me echaba encima. Decidí irme y volver otro día, pero cuando llegaba al pasillo que me conduciría a la salida del edificio, pude observar a tres de esos seres, allí, de pie, como si estuvieran esperándome. Me di cuenta de que dos de ellos no tenían ninguna costra por la cara o brazos, pero el tercero sí. Los tres tenían los ojos blancos, la verdad, daban mucho miedo. Así que muy despacio comencé a irme para atrás, sin quitarles la mirada. Empecé a escuchar gritos desgarradores de esos zombis y de muchos más, el miedo se me apoderó y no podía pensar. Llegué al final de un pasillo a oscuras, la puerta no se abría y decidí romperla con el hacha. Supongo que por el ruido o por lo que sea, los tres zombis llegaron poco después a la misma habitación. Cuando entré encendí la linterna y encontré unos papeles en los cuales se leía "Experimento Omega". Empecé a leer por encima, creo que en esos papeles pone cosas muy interesantes sobre lo que está pasando. Escuché como esos tres seres atravesaban la puerta y metí los papeles en la mochila. No tenía dónde esconderme y me los encontré de frente. Cogí mi hacha desesperado y decidí pelear por mi vida.
A los dos primeros fue fácil darles en la cabeza con el hacha, pero el último, el de las costras, tenía mucha más fuerza, cuando en plena adrenalina al ver que podía derrotarlos me abalancé sobre él, éste se me quitó de encima proporcionándome un empujón del cual salí varios metros volando, al caer me hice una herida profunda en la pierna, ¡Dios, qué dolor! No recuerdo muy bien cómo, pero no dejé que me mordiera, me costó muchísimo vencerle. También te digo que si me hubiese venido otro como él, no lo hubiera conseguido.

Cuando me volví a quedar solo, eso sí, sin quitar el ojo de los tres cuerpos por si se movían, me hice un torniquete y durante unos minutos me quedé inmovilizado, intentando que el dolor se pasara un poco, tenía que darme puntos en la pierna, pero para eso debía irme a casa. Leí un poco más las hojas y vi algo que me sorprendió, te digo. Hay tres fases de esos seres por si te encuentras con ellos, te lo cuento así por encima. La primera fase y más débil, son los que no llevan costras, esos no lo dudes, enfréntate a ellos porque están haciendo el cambio y son más débiles. En la segunda fase, llevan parte de la cara con costras y en el cuerpo, como el último que me atacó. Su fuerza se incrementa por 5 o 6, y créeme, son difíciles de derrotar. Pero la tercera fase (yo aún no he visto ninguno) llevan el cuerpo y cara totalmente con costras, sus ojos son rojos, inyectados en sangre y su fuerza es, según los papeles, todavía no demostrada, pero te doy un consejo, no te hagas el héroe si te encuentras a alguno así.
Empecé a escuchar detrás de mí esos gritos, metí los papeles en la mochila y salí corriendo como pude, ahora sí que el miedo me había vencido, sólo pensaba en llegar al coche, no quise mirar para atrás, no quería saber cuántos me seguían, pero no tuve cuidado donde apoyaba el pie y caí al piso de abajo por una grieta.
Perdí el conocimiento y he despertado hace poco rato. Llevo la pierna mal, heridas por todo el cuerpo y no sé si voy a salir de aquí. Lo peor es que la mochila con los papeles se ha quedado en el piso de arriba, si puedo la recuperaré, pero ahora sólo pienso en salir de aquí y llegar a mi casa.
Se me olvidaba... espera un momento, escucho algo. Tengo que salir de aquí ¡¡¡Me han encontrado!!!

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