Diario Zombi

- El nuevo diario zombi -

sábado, 6 de agosto de 2011

Capítulo 39 - Acorralado (Miguel)

Día 146 (madrugada): De no ser por Gara ya habría muerto, aún no sé cómo no los he visto venir. Estaba recogiendo mis cosas en un pequeño almacén improvisado como cuarto, cuando Gara se ha puesto a gruñir, pero yo estaba escuchando música con mi Mp3 y no le prestaba atención. En una de esas me ha empezado a dar con la pata y a ladrar, me he quitado los auricuales y ha continuado ladrando a la par que gruñía y lloraba. No he necesitado más señales para darme por aludido del peligro. El problema es que este almacén, que es en realidad un pequeño compartimento de la nave, está situado justo al final de la misma y no tiene ninguna ventana de salida, es más, con la puerta cerrada sólo puedo ver a través de unas pequeñas rejas lo que sucede allí fuera.

He tratado de salir pero cuando estaba apunto de hacerlo he observado como docenas de ellos entraban, algunos corriendo... madre mía la que se ha liado, tengo a zombis de fase 2 correteando por la vieja fábrica. Uno de ellos me ha visto mientras trataba de agacharme y esconderme y como no, ha alertado a los otros. Ahora estoy encerrado en este viejo almacén, con Gara y por suerte, con todas las reservas de comida y armas, bueno armas, por llamarlas de algún modo. No tengo ni una triste pistola, que por otro lado, de poco me serviría entre tanto zombi.

Los zombis golpean de manera violenta la puerta, la arañan y gritan, es epeluznante. Posiblemente este sea mi fin... no sé qué hacer, si sacrificar a Gara y suicidarme o simplemente suicidarme y dejar a Gara que se busque la vida cuando salga de aquí, no lo sé. No sé qué es lo más humano...

Me viene a la mente esa frase que reza; "No te tomes tan en serio la vida, al fin y al cabo, no saldrás vivo de ella". Joder, siempre me la tomé como algo simbólico, no literal. En fin, me tiemblan las manos y apenas atino con las teclas, si vuelvo a escribir otro día, será una buena señal, de no ser así, uff, nunca he pensado en hacer una carta de despedida, sólo decir que echo de menos a mis seres queridos, que sigo opinando que el mundo es una mierda (más aún) y que nunca me ha aportado nada, al igual que yo tampoco a él, por lo que mi muerte no será una gran pérdida, pero mi pequeña compañera no se merece este final... si se me ocurriera una manera de salir de aquí...

Ya veremos, nos vemos (aquí o en la otra vida).

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