Diario Zombi

- El nuevo diario zombi -

lunes, 22 de abril de 2013

Capítulo 46 - Mostrando nuestras cartas (Miguel)

Día 182 (mañana): Dicen que la curiosidad mató al gato, y es que en ocasiones nuestra naturaleza es como la del felino, las personas necesitamos saber, estar informadas, por mucho que digamos que como mejor se vive es en la ignorancia, luego resulta que no queremos vivir en la misma y preferimos ser infelices, y eso es lo que me pasó esa mañana. Necesitaba saber, por lo visto no me bastaba con tener un refugio en el que tenía seguridad, compañía y comida para mí y para Gara, tenía que saber qué estaba pasando y cuáles eran sus intenciones.

El Coronel Griffith me atendió por la mañana y mantuvimos una conversación, digamos que interesante;
CF: - Buenos días Miguel, en qué puedo ayudarte. -
Yo: - Buenos días coronel, quería comentarle algo que me ronda por la cabeza. -
CF: Sonriendo. - Tú dirás. -
Yo: - Mire coronel, estoy muy agradecido con todas sus atenciones, que a mi compañera y a mí nos salvasen la vida y nos dieran un techo, pero necesito saber cómo llegaron ustedes aquí. -

El Coronel Griffith se me quedó mirando unos instantes y me contestó.

CF: - Estando en EE.UU una serie de fábricas explosionaron y... -
Yo: - Disculpe coronel, esa historia ya me la conozco, quiero saber por qué se produjeron los atentados. -
CF: - Eran grupos rebeldes de islamistas, que consideran a EE.UU su principal enemigo y después al resto de occidente. -
Yo: - ¿Pero qué paso para que atacasen en concreto esas fábricas? -
CF: - No puedo contestarle a esa pregunta. -

Yo me estaba empezando a cabrear.

Yo: - Tengo derecho a saber qué coño está pasando, he perdido a mis seres queridos y casi pierdo la vida. -

En ese momento la cara del coronel se puso seria y ordenó a un soldado que cerrase la puerta.

CF: - Miguel, vamos a hablar claro, conocemos tu historia y conocemos lo del blog, aún no sabemos si eres un espía o simplemente alguien que ha husmeado más de la cuenta. -

Mi corazón casi dio un vuelco.

Yo: - No sé de qué... -
CF: - Si quieres que hablemos claro no me trates como a un imbécil. Te voy a decir por qué estás aquí dejando que te aproveches de nuestros recursos. Buscamos a una persona y necesitamos que nos ayudes, además necesitamos personal cualificado, así como mano de obra. La sociedad tarde o temprano resurgirá de sus cenizas y necesitaremos que en el mundo haya gente útil. Este virus ha sido una bendición, ha purgado el mundo de mala gente y de inútiles que no aportaban nada a la sociedad. - 
Yo: - ¿Entonces lo que yo puse en el blog era cierto, que el ejército estaba interesado en la investigación de Reawakening Corporation? -
CF: - Todo esto estaba planeado desde el principio, sólo unos pocos estábamos al corriente del verdadero plan, pensábamos dar un golpe de estado y derrocar al gobierno de EE.UU pero eso nos hubiese creado un fuerte conflicto con Europa y con resto del mundo, y aunque una parte fuerte del ejército estábamos a favor de acabar con el gobierno y tomar el control para acabar con una crisis que estaba desolando el país, no todo el ejército estaba de acuerdo, si hubiésemos entrado en guerra con nosotros mismos, hubiésemos tenido muchas bajas y otros países, sobre todo islamistas, nos hubiesen invadido y hubiese sido el fin, así que engañamos al gobierno contando con Reawakening Corporation para dar apoyo a que se liberase esa "gripe" y después provocar a los islamistas para que atacasen nuestras fábricas. Por supuesto eso fue un señuelo, el virus no se liberó con las explosiones, nosotros lo empezamos a liberar mucho antes, pero si algún metomentodo como tú investigase, necesitábamos que webs como Wikileaks creyesen que todo eso era un plan del gobierno y de las multinacionales a quienes se les había ido de las manos por su propia ambición.
Yo: - ¿Pero por qué hacer creer a la gente que fue una situación que se escapó de la manos? ¿Por qué no habéis dado la cara diciendo claramente lo que habéis hecho? Total, nadie os puede hacer frente.
CG: - Por un lado por precaución, no sabemos qué fuerzas pueden quedar activas en el mundo, y si ellos no ponen cara a un enemigo, sencillamente ellos no se dedicarán a buscarnos y se limitarán a intentar sobrevivir limpiando el mundo de zombis. Por otro lado los soldados no lo saben, muchos hubiesen estado en contra, de esta manera se creen que luchan contra un enemigo real. Y por otro lado, no nos interesa que la sociedad que resurja de sus cenizas sepa que quienes en ese momento les gobierne, o sea nosotros, fueron los mismos que acabaron con sus familiares y amigos.
Yo: - ¿Y el oficicial que me salvó la vida? -
CG:  - No te buscaba a ti, buscaba a la persona que nos había robado una información imprescindible de una de las fábricas, y creo que sabes de quién hablo. -

Tenía que ser Alberto.

CG: - Reawakening Corporation tenía información repartida por algunas fábricas y aunque fuesen atacadas, la información estaba a buen recaudo. Sé que te preguntarás por qué esa información no estaba cifrada en servidores, sencillamente porque los datos físicos podían sobrevivir a una nueva era, a diferencia de muchos servidores mundiales que fueron destruidos o que por falta de mantenimiento, dejaron de funcionar.

Yo en ese momento estaba temblando, esa agradable persona que había conocido y me había dado un lugar donde vivir, era un cómplice activo del mayor ataque a la población mundial de la historia. Todo se resumía a un grupo de nazis que sin hacer distinción de razas, pensaba que sobraba demasiada gente en el mundo y que para que éste fuera un lugar mejor, lo que debían hacer era aniquilar a casi toda la población mundial. Era un plan tan retorcido y malvado, que en ese momento me arrepentía de aquellos días en los que me gustaba pensar en que sobraba casi toda la población mundial y en que si por mí fuera, desaparecería todo el mundo.
No conseguía aceptar la realidad que ahora mismo escuchaba atónito. Tan ensimismado estaba, que no me di cuenta que en ese momento me estaba apuntando con un arma.

CG: - Y dime Miguel, ¿de qué lado estás? ¿Nos ayudarás a encontrar al soldado Alberto Luengo y a crear una nueva sociedad?

Justo en ese momento entró un soldado corriendo.

Soldado: - Señor disculpe que me presente así, pero tenemos un problema. -

Se me vuelve a acabar la batería, en cuanto pueda sigo contando.

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